Tuesday 30 August 2011

Desamor.

Abrió los ojos.

El sol que entraba por la ventana le quemaba la cara, pero aún así no podía levantarse. No quería.

Seguía llorando. Llevaba horas haciéndolo, aún dormida... Pero no podía hacer nada por evitarlo, no quería.

Su corazón latía de una forma fuerte pero inconstante. Cada latido le hacía más y más daño, como sus huesos fueran de cristal, y a cada golpe se estuviera rasgando para, finalmente, romperse. Le dolía.

No podría volver a amar... ¿Para qué hacerlo? ¿Para que enamorarse de alguien, si al final iba  a escoger a  otra persona con la que estar? ¿Para qué malgastar un sentimiento en alguien que nunca la iba a amar?

Cerró con fuerza su puño hasta que, sin querer, se hizo daño con el colgante que llevaba en la mano.
Él se lo había regalado.

Leo y ella estaban más que unidos. Todo el pueblo decía que acabarían casándose... Que el amor que se tenían el uno al otro era inmenso... Que nunca habían visto a nadie queriéndose tanto.

Ella lo supo, supo que le quería. Quizás era por que se había centrado exclusivamente en él los últimos años, quizás eran sus besos, sus abrazos, sentir sus dedos sobre su piel...  Estaba loca por él.

Y él sólo era bueno, dulce y amable con ella... Protector... El hombre perfecto.

Y si, ella lo preparó todo. Quería contarle todo lo que sentía por él... Que quería ser suya, que quería que fueran uno... y lo esperó al final de la colina.

-Quiero contarte algo...-Le dijo, sonrojada.

Él la miró con sus ojos aguamarina y sus largas pestañas, directamente a sus ojos canela.

-Espero que para ti sea lo mismo... -Ella bajó la cabeza, avergonzada.

Él alzó su mano, y le levantó el mentón.

-¿Qué pasa, pequeña?-preguntó.

-Leo... Te quiero...

-¿Y qué te hace pensar que yo a ti no...?

-No, Leo... Lo que quiero decir es que cada vez que me tocas, siento fuego en mi interior... Cuando me miras, siento que quiero morir... Pero no puedo hacerlo si no te beso... Leo, estoy enamorada de ti...

Hubo un silencio que a ella le pareció eterno.. Quería morir en ese instante.

-Cariño,-Dijo Él...-Yo te quiero.- Tomó aire, y desvió la mirada al suelo.-Pero no te puedo querer... No en ese sentido... -Volvió a subir la mirada haciendo que sus ojos se encontrases con los de ella, que ya estaban llenos de lágrimas.- Soy gay.

En mil trozos. Notó como el corazón le estallaba en mil trozos. Apartó con brusquedad la mano de Leo de su cara, y salió corriendo hacia su casa.

No podía ser... No podía ser... Hiciese lo que hiciese... Leo nunca la querría.

Y eso la mataba...  Saber que nunca podría sentir ni lo más mínimo por ella, la consumía. Prefería que él la odiase... Preferiría que nunca se hubiesen conocido... Preferiría morir.

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